El amor nos sueña, se quiere manifestar
quiere contagiarnos de su anti-destino,
de su tiempo desordenado, de sus múltiples caminos.
Anhela gritarse con un eco superlativo
que rompe barreras de futuro, presente y pasado,
barreras de verguenza efusiva, que nos planta a la monotonía.
Nos sueña todas las noches, somos la luz de su oscuridad,
quiere danzar con el alma, volar con el corazón y jugar con la mente.
Desea que veamos con los ojos cerrados, que sintamos la fineza de su adrenalina,
que escuchemos el silencio como la melodía mas elaborada y veamos a más de uno en el espejo.
Sé que no soy el único que ha conversado con él.
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