martes, 14 de diciembre de 2010

Tengo una canción para mostrarte


Estoy perdiendo…
Que buitre acecha sin tener hambre.
Que vientre cobija odio y rabia, mezclados con amor y paciencia. Quizás las ganas de respirar le den fuerza al mío, quizás.
Cómo se le obliga a un dormido a ver, si lo que es visible no apacigua. Lo utópico de mí en sueño es más afable.
Las sonrisas atesoradas dentro de mí esperan salir bienaventuradas hacia el mundo.
Les deseo suerte.

Voy empatando…
Si salgo, haré una tregua con el viento, que ya no me reconoce, para que me de la bienvenida, y a cambio, le respirare más seguido. Más profundo. Oxígeno a mi Alma.
Que gran ciudad, tanto así, que no me molesto en saludar al caminante, lo más probable es que no lo vuelva a ver. Idílico para el autista.
Pero yo no lo soy, o quizás sí; queriendo estar solo en este momento me convierto en uno.
Que camino hay que no tenga agujeros, que destino existe que no limite mis deseos de cambiar.
La misma soledad que siente el autista, la siente el sociable. O que, el autista no siente soledad, por que se acompaña el mismo. Soledad es no saber estar contigo mismo.
Que río avanza sin piedras, que hormiga no sigue a la siguiente. Que haría yo sin mí.

No logro pasar a la ventaja…
Que corra el amor, que cunda en su virtud y defecto.
Quiero apreciarlo.
Cuando venga lo recibiré con mi corazón erguido, por mientras, seguiré en lo mismo.
Que triste me siento, que batalla se lucha sin armas.
Golondrina mía, búscame en la canción de mi cólera, me he sumergido en ella, con una sonrisa de máscara, déspota.
Soy un impostor que intenta no serlo; caminando entre piedras. Mi pasado, mi presente; me ha dolido. Y brindo por las veces que perdí las mismas batallas.

Voy perdiendo…
Un círculo ilusorio es mi caminar, a ratos se consolida, se fortifica, se pavimenta o se rompe.
Rojos, verdes, violetas, margaritas, amarillos, naranjas, rosas, rojas. Arco iris en mi balcón. Lúgubre, pequeño; libre.
Que energía es válida para calmarme, cual es tan suficiente, cual es tan inefable, cual es tan hermosa. Quizás es la que siento todos los días, o que sentía, con los que ya no están, son, pero ya no están. O quizás eran ellos.

Sigo perdiendo…
Mi tiempo es invisible, y no me impacienta. Mi sol libertino ilumina sin regla alguna.
Mis párpados cierran para darme paso a mí.
Mi sueño a colores; me energiza al caminar, el viento comunitario, juguetón, me cosquillea.
¡Corre! ¡¡Corre!! ¡Respira! ¡Respira!
Te sonrío realidad. Con gusto y gana desde mi Alma. Soy un niño, alegre, al aire, fluido, risueño, transparente. Ojos en bondad.

Empate…
No, ya no reconozco mi pertenencia. Soy un nuevo extraño incluido ligeramente o infiltrado. Siento un rechazo, mi corazón está caliente, ávido de su característica.
Os quiero mundo, os quiero animales; perros, gatos, peces, tortugas, monos, felinos,
Os quiero arbolitos; eucalipto, pino. Aquél árbol dominante que saludo cada mañana al caminar hacia mi cotidianidad, aquél impetuoso, fornido, musculoso en corteza. Respetable y respetado por los conscientes.

Me sobra amor, y cumplidos que entregar. Y eso mis hermanos de raza no lo comparten, por que no hay nadie mejor que ellos.
Me salí del foco. No hablo de “gente”.
No importan los nombres, si existe quién responda.
Algunos son especiales, no todos, como decía mi madre, siendo así nadie lo sería.
Si puedes contestar, eres igual a mí.

Pero no me siento bien. ¿Por qué ya no siento ese calor? O, ¿Dónde me fui yo?, Dónde se fueron a volar aquellos… que no me invitaron.

Perdí.




Ku mengüen: ¿Por qué lloras?
Ayün; De donde vengo yo, la gente se saluda.
Ku mengüen: No te preocupes, aquí nadie se saluda.
Ayün: ¿¡Que no me preocupe!? Nadie sonríe por que sí, como si no tuvieran razón. Les promueven la soledad.
Ku mengüen: Esta ciudad es tan grande, que no se molestan en saludarse, puesto que lo más probable es que no se volverán a ver.
Pero heme aquí, he venido a saludarte, siempre existirá alguien que responderá.

miércoles, 5 de mayo de 2010

tiempo de ayer

Ayer…
Quise encontrar
Quise querer
Quise bailar
Quise saltar
Quise odiar
Quise correr
Quise respirar
Quise mirar
Quise sentir
Hoy quiero mitigar al tiempo que me separa de mis días.

Ácido siamés


Respira por si solo, vive conmigo y me quita oxigeno.
Inquietante y acido inquilino, digno hijo de narciso,
Dirige el timón de mi mente en momentos de papel,
Paradoja de cariño, me cuida, y para el, el perdón no tiene alas.
Perdón por haber mentido alguna vez
Perdón por haber herido alguna vez
Perdón por haber hecho algo que en verdad no quería hacer
Perdón por haber actuado mal
Aunque no sepa a quien se lo estoy pidiendo
Le pido perdón al espejo...
Soy siamés de un orgullo cotidiano que quiero fumigar
No me deja crecer en karma.

martes, 30 de marzo de 2010

Fé: Conjunto de creencias de alguien, de un grupo o de una multitud de personas.

El amor nos sueña, se quiere manifestar
quiere contagiarnos de su anti-destino,
de su tiempo desordenado, de sus múltiples caminos.
Anhela gritarse con un eco superlativo
que rompe barreras de futuro, presente y pasado,
barreras de verguenza efusiva, que nos planta a la monotonía.
Nos sueña todas las noches, somos la luz de su oscuridad,
quiere danzar con el alma, volar con el corazón y jugar con la mente.
Desea que veamos con los ojos cerrados, que sintamos la fineza de su adrenalina,
que escuchemos el silencio como la melodía mas elaborada y veamos a más de uno en el espejo.
Sé que no soy el único que ha conversado con él.

sábado, 27 de marzo de 2010

arbol de verano


Árbol con espinas dobladas

Que regalas frutos de sangre de amor

Que como y transita por mis venas

Me va dejando atónito como una grandeza precolombina

mirando fijo una estrella sin luz

voy amigando a ese frío de verano

que me hace volar como hoja girando el aire

Oh luz de verano dime cual es tu paz y melodía

Para acurrucarme contigo y ver la luna de tu noche

Te apura el invierno y tu árbol deja ir a sus hijas

Las espinas se afilan y el fruto se pone agridulce

tiene que partir, y con el mi escondite más melodioso.


martes, 23 de febrero de 2010

calor ajeno.


Hay veces en que queremos mandar todo al carajo,
Hay veces en que queremos dar la bienvenida a lo primero que pasa,
pero hay veces en que no se puede desaparecer,
y hay veces en que esperas con un aperitivo pero nada llega...

Mil sueños en uno, mil palabras en una mirada,
una colilla de ayer que miro y me recuera lo que hice,
como un golpe en seco en la cien,
en medio de una temperatura ajena que quema por dentro,
mi ambiente se contrasta por un viento congelante,
que aún así me es inverosímil, avanza cmo el tiempo
y congela el sonar de las hojas con su pasar.

Quiero dar bienvenidas a esto y despedir a lo otro,
el fruto de mi alegría se manifiesta en mis ojos y boca,
mientras la rabia como parásito se esconde en mis palabras,
como sol por la tarde... como luna por la mañana...
como la sensatez del mundo...