
Sácame de lo oscuro, estamos en vísperas de esperanza,
Señálame con el dedo si es necesario, no hay excusas para la intolerancia. Cargo algo que no es mío, me aflige lo que siente alguien que apenas conozco, camino entre hojas secas, y no crujen, se apagó el ruido.
Quiero disolver el odio, se esta encarnando, y se va volviendo amigo... no lo veo pero lo siento.
La calma es momentánea, y el miedo es latente.
Susúrrame al oído lo que es verdadero, antes de que me lo tope desprevenido, dame una pista...
Camina delante de mí, de la mano con el aire, con esos ojos alegres, que me incitan a correr, y de un grito espantar a la rabia.
Mírame, y dime quién soy, mírame y dime que qué merezco...
Es tiempo de dar un tiempo, para poder congeniar al corazón, el alma, y la razón...
Mirar al espejo y ver a los demás antes que a uno.
Una silueta de mi fe en mis pares, sin rostro, se va trizando, es difícil seguir respondiendo si no te han respondido, nada más que una respuesta evaporizada, sin empatía.
Voy dando pasos más pesados, y me tiembla el cuerpo, el cascarón quiere romperse, para dar paso a lo que realmente es, o a lo que vendría a ser más sano...
Dime a donde estoy mirando mal, no me dañes, soy fiel...no provocaré heridas, soy fiel... fiel al amor, Sáname.
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